lunes, 15

Colindres. Iglesia de San Juan, 21:00h

Globo Ensemble

Gala Kossakowski, flauta

Inmaculada Veses Gil, oboe

Natacha Correa, clarinete

Andrea Pérez, fagot

Jessica Rueda, trompa

 

Domenico Scarlatti / Dino Lipatti

  • Sonata para quinteto de viento en sol menor L338/ K450

 

Salvador Brotons

  • Essentia Vitae

 

Wolfgang Amadeus Mozart / Hansjörg Schellenberger

  • Adagio y Allegro para órgano mecánico en Fa menor, KV. 594

 

Kalevi Aho

  • Quinteto nº 1

 

 

Dino (Constantin) Lipatti, “lleno de una espiritualidad divina” según Poulenc, “marcado por el aura de un mundo intangible” según Frank Martin, leyenda viva como pianista y profesor en el Conservatorio de Música de Ginebra, fue también compositor, pese a que sus logros como tal hayan quedado un tanto en la sombra debido a su inmensa reputación como instrumentista. Estudió composición con Paul Dukas y Nadia Boulanger, a la vez que piano con Alfred Cortot, considerando su actividad pianística no como un fin en sí misma, sino como la base de su pasión por la composición, llegando a lamentar en ocasiones su apretada agenda concertística, ya que le restaba el tiempo que le hubiera gustado consagrar a la composición. Decía Nadia Boulanger que sus composiciones “atestiguan un verdadero don creativo mereciendo estar a la altura de los discos que prolongan su brillo como intérprete”. En 1936 le sugirió que escribiera para instrumentos de viento, para conocerlos mejor con el fin de integrarlos en sus composiciones, así que a modo de ejercicio escribió un Allegro para flauta y fagot (1936), un primer movimiento de un Quinteto de viento inacabado (1939) y sus Transcripciones de las Sonatas de Scarlatti. A pesar de que cuando realizó estos ejercicios contaba solo con 22 años, no podemos considerarlos como tales, ya que consigue poner en relieve la polifonía y expresividad del texto original con una hábil instrumentación, respetando las intenciones de Scarlatti y la atmósfera barroca.

 

Essentia Vitae terminada en 2000 para el quinteto de viento de la Universidad de Arizona en Tucson, cuyo fagotista coincidió con Salvador Brotons en la Florida State University, se inspira en los cuatro elementos básicos de la vida, tierra, aire, agua y fuego, finalizando la obra con el movimiento dedicado a la Vida. Salvador Brotons, flautista, y al igual que Lipatti, compositor, tarea que compagina con la dirección de orquesta, se interesó desde el principio por los instrumentos de viento para sus composiciones como por ejemplo en Enfasi Op.9 para quinteto de viento, compuesta en 1975 y dedicada al Quinteto Aulos. Durante el verano de 1976 compone la Fantasía para trompa y piano Op.12 y siguiendo su afición por los instrumentos de viento encontramos el Sax- Quintet-Vent Op.15 y la Suite a tres Op.16, que serán editadas y grabadas en un disco por el Quinteto de viento Aulos. Actualmente compagina una intensa agenda como director de orquesta con la composición de un buen número de encargos de obras de todo tipo de género. También es profesor de dirección de orquesta y de composición en la Escuela Superior de Música de Catalunya (ESMUC).

 

Volvemos a revisitar una obra clásica, esta vez gracias a la transcripción realizada por el oboísta Hansjörg Schellenberger a quien hemos tenido la suerte de tener como maestro en nuestros años de formación como quinteto en la Escuela Superior de Música Reina Sofía. Se trata del Adagio y Allegro para órgano mecánico en Fa menor, KV. 594 de W. A. Mozart, escrita en 1790 como encargo del conde Joseph Deym von Stržitež, conocido más tarde como Herr Müller. Fundador del Kunstkabinett Müller, albergaba todo tipo de curiosidades como unos órganos mecánicos activados por mecanismos de relojería, uno de ellos construido para tocar música fúnebre en el monumento al mariscal Ernst Gideon Freiherr von Laudon. Fallecido en 1790, el conde Deym encargó a Mozart la composición de esta, trabajo que no era del agrado de Mozart, ya que según cuenta en una carta a su mujer, Constanze, fechada el 3 de octubre de 1790 “si fuera para un gran reloj con un sonido como un órgano, estaría complacido de hacerlo; pero es una cosa construida con pequeños tubos, que suenan demasiado agudos e infantiles para mí”.

 

El Quinteto número 1 del compositor finés Kalevi Aho se ha convertido en los últimos años en una obra de referencia en el repertorio del quinteto de viento. Sus cuatro movimientos de gran exigencia técnica para los instrumentistas nos trasladan a atmósferas lejanas, incluso explotando la teatralidad en escena para conseguir efectos sonoros inesperados. El compositor ha descrito las dificultades que encontró a la hora de escribir la obra, para conseguir una sonoridad homogénea y un buen balance de dinámicas. La obra, encargo de la Orquesta Filarmónica de Turku en el año 2006, llegó más tarde a manos del Berlin Philharmonic Wind Quintet en 2010, que la incluyeron en numerosos conciertos decidiendo encargar un segundo quinteto que estrenaron en 2015. Kalevi Aho, alumno de Einojuhani Rautavaara, tiene un amplísimo catálogo de obras, tanto a gran escala (diecisiete sinfonías, treinta y seis conciertos, cinco óperas…), como de música de cámara para diversas formaciones.

lunes, 15

Colindres. Iglesia de San Juan, 21:00h

Globo Ensemble

Gala Kossakowski, flauta

Inmaculada Veses Gil, oboe

Natacha Correa, clarinete

Andrea Pérez, fagot

Jessica Rueda, trompa

 

Domenico Scarlatti / Dino Lipatti

  • Sonata para quinteto de viento en sol menor L338/ K450

 

Salvador Brotons

  • Essentia Vitae

 

Wolfgang Amadeus Mozart / Hansjörg Schellenberger

  • Adagio y Allegro para órgano mecánico en Fa menor, KV. 594

 

Kalevi Aho

  • Quinteto nº 1

 

 

Dino (Constantin) Lipatti, “lleno de una espiritualidad divina” según Poulenc, “marcado por el aura de un mundo intangible” según Frank Martin, leyenda viva como pianista y profesor en el Conservatorio de Música de Ginebra, fue también compositor, pese a que sus logros como tal hayan quedado un tanto en la sombra debido a su inmensa reputación como instrumentista. Estudió composición con Paul Dukas y Nadia Boulanger, a la vez que piano con Alfred Cortot, considerando su actividad pianística no como un fin en sí misma, sino como la base de su pasión por la composición, llegando a lamentar en ocasiones su apretada agenda concertística, ya que le restaba el tiempo que le hubiera gustado consagrar a la composición. Decía Nadia Boulanger que sus composiciones “atestiguan un verdadero don creativo mereciendo estar a la altura de los discos que prolongan su brillo como intérprete”. En 1936 le sugirió que escribiera para instrumentos de viento, para conocerlos mejor con el fin de integrarlos en sus composiciones, así que a modo de ejercicio escribió un Allegro para flauta y fagot (1936), un primer movimiento de un Quinteto de viento inacabado (1939) y sus Transcripciones de las Sonatas de Scarlatti. A pesar de que cuando realizó estos ejercicios contaba solo con 22 años, no podemos considerarlos como tales, ya que consigue poner en relieve la polifonía y expresividad del texto original con una hábil instrumentación, respetando las intenciones de Scarlatti y la atmósfera barroca.

 

Essentia Vitae terminada en 2000 para el quinteto de viento de la Universidad de Arizona en Tucson, cuyo fagotista coincidió con Salvador Brotons en la Florida State University, se inspira en los cuatro elementos básicos de la vida, tierra, aire, agua y fuego, finalizando la obra con el movimiento dedicado a la Vida. Salvador Brotons, flautista, y al igual que Lipatti, compositor, tarea que compagina con la dirección de orquesta, se interesó desde el principio por los instrumentos de viento para sus composiciones como por ejemplo en Enfasi Op.9 para quinteto de viento, compuesta en 1975 y dedicada al Quinteto Aulos. Durante el verano de 1976 compone la Fantasía para trompa y piano Op.12 y siguiendo su afición por los instrumentos de viento encontramos el Sax- Quintet-Vent Op.15 y la Suite a tres Op.16, que serán editadas y grabadas en un disco por el Quinteto de viento Aulos. Actualmente compagina una intensa agenda como director de orquesta con la composición de un buen número de encargos de obras de todo tipo de género. También es profesor de dirección de orquesta y de composición en la Escuela Superior de Música de Catalunya (ESMUC).

 

Volvemos a revisitar una obra clásica, esta vez gracias a la transcripción realizada por el oboísta Hansjörg Schellenberger a quien hemos tenido la suerte de tener como maestro en nuestros años de formación como quinteto en la Escuela Superior de Música Reina Sofía. Se trata del Adagio y Allegro para órgano mecánico en Fa menor, KV. 594 de W. A. Mozart, escrita en 1790 como encargo del conde Joseph Deym von Stržitež, conocido más tarde como Herr Müller. Fundador del Kunstkabinett Müller, albergaba todo tipo de curiosidades como unos órganos mecánicos activados por mecanismos de relojería, uno de ellos construido para tocar música fúnebre en el monumento al mariscal Ernst Gideon Freiherr von Laudon. Fallecido en 1790, el conde Deym encargó a Mozart la composición de esta, trabajo que no era del agrado de Mozart, ya que según cuenta en una carta a su mujer, Constanze, fechada el 3 de octubre de 1790 “si fuera para un gran reloj con un sonido como un órgano, estaría complacido de hacerlo; pero es una cosa construida con pequeños tubos, que suenan demasiado agudos e infantiles para mí”.

 

El Quinteto número 1 del compositor finés Kalevi Aho se ha convertido en los últimos años en una obra de referencia en el repertorio del quinteto de viento. Sus cuatro movimientos de gran exigencia técnica para los instrumentistas nos trasladan a atmósferas lejanas, incluso explotando la teatralidad en escena para conseguir efectos sonoros inesperados. El compositor ha descrito las dificultades que encontró a la hora de escribir la obra, para conseguir una sonoridad homogénea y un buen balance de dinámicas. La obra, encargo de la Orquesta Filarmónica de Turku en el año 2006, llegó más tarde a manos del Berlin Philharmonic Wind Quintet en 2010, que la incluyeron en numerosos conciertos decidiendo encargar un segundo quinteto que estrenaron en 2015. Kalevi Aho, alumno de Einojuhani Rautavaara, tiene un amplísimo catálogo de obras, tanto a gran escala (diecisiete sinfonías, treinta y seis conciertos, cinco óperas…), como de música de cámara para diversas formaciones.