Marc Minkowski y Les Musiciens du Louvre abordan las últimas sinfonías de Mozart

El maestro Marc Minkowski regresa al Festival Internacional de Santander tras la gran acogida del público en su actuación del año pasado. Acompañado de su agrupación Les Musiciens du Louvre interpretará dos de las últimas sinfonías de Mozart, la nº 39 y la Nº 41, en un programa que se podrá escuchar el jueves y el viernes (Sala Argenta, 20:30 horas). La actuación del día 28 será un homenaje al crítico musical Ricardo Hontañón, que falleció el año pasado, y estará patrocinada por El Diario Montañés, donde Hontañón publicó gran parte de sus críticas sobre el Festival de Santander.

El público del Festival podrá disfrutar en la recta final de esta edición del conjunto que forman las tres últimas sinfonías de Mozart, completadas en el verano de 1788. Les Musiciens du Louvre abordará la nº 39 y la nº 41, mientras que la Orquesta Nacional de España, dirigida por Josep Pons, interpretará el sábado la nº 40.

Fundada en 1982 por Marc Minkowski, la orquesta Les Musiciens du Louvre destaca por su labor de reinterpretación de un amplio repertorio lírico que se extiende desde el barroco hasta el período moderno, utilizando siempre instrumentos de época. Aunque la orquesta ha forjado su reputación con interpretaciones de Haendel, Purcell, Rameau, Haydn, Mozart, Bach o Schubert, la mayor de sus especialidades es la música francesa del siglo XIX. Sus recientes éxitos operísticos incluyen la producción de ‘Orfeo y Eurídice’ en Salzburgo y Grenoble; ‘Los cuentos de Hoffmann’, en París; y ‘Las bodas de Fígaro’ en Versalles.

Les Musiciens du Louvre es una de las grandes agrupaciones internacionales especializadas en la interpretación con criterios historicistas. Con el paso de los años dejaron de interpretar únicamente partituras del período Barroco para adentrarse en épocas posteriores, como el Romanticismo. De hecho, en los últimos tiempos, Minkowski ha centrado la mayor parte de su actividad en interpretar obras de Mozart.

El líder de la orquesta, Marc Minkowski, comenzó a dirigir a una edad temprana. En 1982, fundó Les Musiciens du Louvre, explorando la música barroca francesa y Haendel, antes de expandir su repertorio a Mozart, Rossini, Offenbach, Bizet y Wagner. Dirige regularmente en París (Opéra National, Théâtre du Châtelet y Opéra Comique), en Covent Garden y La Scala, en los festivales de Salzburgo y Aix-en-Provence, en Bruselas, Zúrich, Venecia, Moscú, Berlín, Ámsterdam y Viena. Minkowski es también un director muy demandado en la escena de conciertos y dirige orquestas como la BBC Symphony Orchestra, Tokyo Metropolitan Symphony Orchestra, Kanazawa Orchestra, DSO Berlin, Vienna Philharmonic y Salzburg Mozarteum Orchestra.

Las últimas sinfonías de Mozart

En los dos conciertos que ofrecerá en Santander se podrán escuchar las mismas obras: las Sinfonías nº 39 y nº 41 (‘Júpiter’) de Mozart. Son la antepenúltima y la última sinfonías escritas por el genio de Salzburgo, completadas ambas en el verano de 1788. Mozart concluyó la nº 39 el 26 de junio, pero no se conoce la fecha exacta en la que terminó su última sinfonía, la nº 41, que se estrenó probablemente tras el fallecimiento del músico austríaco. 

La ‘Sinfonía n. 39 en Mi bemol Mayor Kv. 543’ es la primera del conjunto que forman las tres últimas escritas por Mozart, compuestas además en un corto período de tiempo, el verano de 1788. El prolífico compositor austríaco compaginó en ese momento la creación de sus últimas sinfonías con sus tríos para piano en las tonalidades de mi y do, su sonata fácil y una sonatina para violines. No existen pruebas documentales sólidas de que alguna de esas tres sinfonías se estrenaran en vida de Mozart, aunque hay otras evidencias que indican que, al menos la nº 39 y la nº 40, pudieron sonar en Viena en 1791, antes de que falleciera el compositor.

La ‘Sinfonía nº 39’, instrumentada para flauta, clarinetes, fagotes, trompas y trompetas, timbales y cuerda consta de cuatro movimientos: Adagio-Allegro, Andante con moto, Minueto con trío (Allegretto) y Allegro.

La ‘Sinfonía n. 41 en Do Mayor Kv. 551’, que el empresario alemán Johann Peter Salomon bautizó para siempre como ‘Júpiter’ por su carácter triunfal y solemne, fue compuesta poco después de la melancólica y rebelde ‘Sinfonía n.º 40’, y representa la superación de estos sentimientos con una voluntad afirmativa y una majestuosidad que concuerdan con la tonalidad de do mayor. La obra está escrita para una flauta, dos oboes, dos fagotes, dos trompas, dos trompetas, timbales y cuerdas (violines I y II, viola, violonchelos y contrabajos). Cuenta también con cuatro movimientos: Allegro vivace, Andante cantabile, Minueto con trío (Allegretto) y Molto allegro.