El Festival y Laboratorio Klem culminan su trilogía experimental con un concierto bajo las estrellas

Laboratorio Klem regresa al Festival Internacional de Santander para presentar una nueva entrega de ‘Transmutare’, un proyecto de investigación musical que el Festival y la agrupación pusieron en marcha hace dos años en Cantabria. Tras la buena acogida que tuvieron los capítulos iniciales de ‘Agua y Mareas’ y ‘El canto de las piedras’, desarrollados en la Casa de las Mareas de Soano y en el Observatorio del Arte de Arnuero, Laboratorio Klem abordará este lunes (22:00 horas) el tercer episodio de ‘Transmutare’, denominado ‘Quyllur. Del subsuelo a las estrellas’, en el anfiteatro del Centro Botín.

Laboratorio Klem es un proyecto de investigación que ha ido estableciendo convenios creativos con diversas instituciones internacionales y desarrolla actividades en diferentes países. La agrupación se dedica a la creación multidisciplinar a partir de la música, las artes visuales y el encuentro entre diferentes disciplinas artísticas: performance, video mapping, creación audiovisual, instalación sonora, danza, etc.

‘Transmutare’ es una iniciativa singular que refleja el interés del Festival Internacional de Santander por poner en valor la creación contemporánea. Fruto de la colaboración entre el Festival y Laboratorio Klem surge este proyecto que va tomando forma en 2018 y que alcanza, con el concierto de este lunes, su tercer capítulo. Hace dos años se presentó el primer trabajo de este proceso experimental con el título ‘Aguas y mareas’, creado específicamente para la Casa de Mareas de Soano con el apoyo del Ayuntamiento de Arnuero y el Ecoparque de Trasmiera. Se trataba de un proyecto creativo centrado en captar los sonidos ambientales de la marisma de Joyel que Laboratorio Klem estuvo desarrollando durante varios meses en aquel entorno.

El primer paso de este trabajo tuvo una magnífica acogida por parte del público, así que se desarrolló una segunda investigación musical, también en Arnuero. Esta vez el entorno elegido por el Festival y Laboratorio Klem fue el Observatorio del Arte, que cuenta con un interesante espacio dedicado a los canteros trasmeranos. En este caso, la agrupación basó su investigación en los sonidos de la piedras y las campanas, partiendo como la primera vez de un intenso trabajo de campo en la zona.

Como explican los miembros de Laboratorio Klem, en las dos primeras experiencias de ‘Transmutare’ se trabajó sobre “la idea de meter el afuera dentro del espacio escénico y la exploración del sedimento histórico de las piedras y las campanas”. Sin embargo, en el tercer capítulo de la trilogía, denominado ‘Quyllur. Del subsuelo a las estrellas’, la agrupación investiga “la verticalidad, el arriba abajo, tratando de traer un fragmento del universo convertido en material sonoro”. La agrupación precisa que “no se trata de una traducción romantizada de elementos como la inmensidad o el misterio, sino de pensar el alcance del sonido y la escucha para el estudio de la naturaleza”.

En este concierto, el Centro Botín colabora con el Festival cediendo uno de sus espacios, el anfiteatro exterior, para que Laboratorio Klem pueda interpretar bajo el cielo nocturno de Santander ‘Quyllur. Del subsuelo a las estrellas’.

Ensemble Instrumental de Cantabria

La música contemporánea será de nuevo protagonista el martes de la mano del Ensemble Instrumental de Cantabria (ENSEIC), que presentará en Santander (Sala Argenta, 20:30 horas) ‘Espuma de luz y sombra (del dolor y la esperanza)’, un programa especialmente preparado para esta ocasión, con obras de Benjamin Britten, Shostakovich, Edward Elgar, Rebecca Clarke, Turina y Falla, entre otros. 

“Lo que hemos querido plantear con este proyecto para el Festival Internacional de Santander”, explica Esteban Sanz, director del Esemble, “es un concierto que sea, antes que nada, una experiencia en el sentido profundo de la palabra. Una experiencia que aborde y de algún modo elabore desde lo musical los meses que todos hemos vivido, cada cual bajo sus propias circunstancias, desde el momento en que se declaró la pandemia. Una experiencia que, con toda la humildad, aporte a los que nos oigan serenidad, bienestar espiritual a partir de una confrontación y un goce estéticos”.

El ENSEIC es una formación creada en 2018 e integrada por 14 músicos que, en una estructura habitual de ensemble, configuran distintas plantillas de instrumentistas en función de cada proyecto. “El objetivo del grupo es explorar e interpretar la realidad musical del mundo que nos rodea, expresarla con nuevos impulsos y acercarla a todos. Esto se concreta en abordar un exigente repertorio, muy variado, centrado en los siglos XX y XXI, pero sin renunciar por eso a hacer eventuales incursiones en épocas anteriores, siempre buscando establecer un diálogo desde la contemporaneidad”, explica Esteban Sanz.