El Festival se suma a la celebración del Año Jubilar Lebaniego con la música litúrgica visigótico-mozárabe cuyos vestigios recogió el Beato de Liébana
El Festival Internacional de Santander se suma a la celebración del Año Jubilar Lebaniego con un concierto dentro de los Marcos Históricos dedicado a los cantos visigóticos-mozárabes de la liturgia hispana con obras de los siglos X al XIII, cuyos vestigios ya recogió en el siglo VIII el Beato de Liébana en los códices de su famosa obra ‘Comentarios al Apocalipsis’.
La formación Música Antigua, con Eduardo Paniagua a la cabeza, especialista en música de la España medieval y Premio Música Clásica 2009 de la Academia de la Música de España, será la protagonista con una doble cita.
El sábado 26 de agosto actuarán en el Claustro de la Colegiata de Santa Juliana de Santillana del Mar, a partir de las 22:00 horas, en una cita que cuenta con la colaboración del Ayuntamiento de la villa. El domingo el escenario será el Santuario de La Bien Aparecida y la actuación comenzará a las 20:15 horas.
El programa incluye obras que muestran la cercanía de la liturgia visigoda con la herencia bizantina y la sensibilidad de Toledo, digna heredera de las cortes visigodas. La liturgia visigótico-mozárabe, llena de sonoridades místicas en las que suenan las campanas afinadas de bronce y otros cinco metales, nos transporta hace mil cien años. El púbico también escuchará las Cantigas de Santa María de Alfonso X el sabio de contenido y temática de época visigoda y mozárabe.
Música Antigua está formada por Cesar Carazo (canto solista, coro y fídula), Eduardo Paniagua (coro, salterio, campanas bizantina y tintinabulum), Luis Antonio Muñoz (canto, coro y viola) y Jaime Muñoz (gaita, flautas y coro).
Herencia visigoda-mozárabe
En el año 1500 el cardenal Francisco Jiménez de Cisneros se ocupa de restaurar el rito mozárabe de Toledo, rescatando de la tradición oral y de viejos códices deteriorados los cantos en una notación melódicamente inteligible. Los libros elaborados por el canónigo Alonso Ortiz, llamados Códices de Cisneros, son los que se usarían en la capilla del Corpus Christi de la catedral de Toledo.
La liturgia visigoda, también llamada mozárabe, está recogida en una decena de códices únicos de difícil transcripción por estar los neumas “a campo aperto”, sin líneas de pentagrama. La ordenación de los libros litúrgicos que hizo el Cardenal Cisneros en Toledo, a principios del siglo XVI, nos ha dado la posibilidad de descifrar cantos e himnos al ser pasados a la escritura musical de su época. El canto melismático y variantes en los modos muestran una sutil diferenciación de estas melodías con las de la herencia gregoriana.
El milagro de San Ildefonso, que se canta con todo su texto, es la pieza sobre la que gira este concierto lleno de sonoridades místicas del alto medievo hispano.
En la corte de Alfonso X el Sabio (1253-1284) se confeccionaron los Códices de las Cantigas en poesía galaico-portuguesa, uno de los mayores frutos en la literatura de la época y la colección de melodías más importante de la Europa del siglo XIII. En ellos también se reflejan esta herencia visigoda-mozárabe.